Vivimos en un mundo finito, los recursos con los que actualmente producimos no van a estar por siempre, a menos que nosotros como ciudadanos, corporaciones y gobiernos trabajemos para que esto suceda.
Pero, ¿Cómo podemos aportar para que nuestros recursos finitos nos duren la mayor cantidad de tiempo?.
Como humanos, requerimos de diferentes productos y servicios a lo largo de nuestra vida, y como consumidores responsables, podemos reducir nuestros impactos al medio ambiente adaptando o modificando ciertos hábitos de consumo.
Como empresas, negocios, industrias y productores también consumimos, sí bien es importante analizar la manera en la que producimos para que nuestra operación continúe, también es importante poder auto analizarnos para definir, en qué parte del proceso estamos causando mayores impactos, para poder modificar ciertos factores, que nos permitan evitar o minimizar esos impactos.
En el Simposio de Oslo en 1994 se definió al consumo y producción sustentable como “el uso de servicios y productos que cumplen con las necesidades básicas y proveen una mejor calidad de vida mientras se minimiza el uso de recursos naturales y materiales tóxicos, así como emisiones de residuos y contaminantes a lo largo del ciclo de vida del producto para no poner en juego las necesidades de futuras generaciones”*.
El primer paso para poder lograr un consumo y producción responsable es a través de la medición de nuestra operación y entender cómo estos procesos afectan al medio ambiente.
La ecología industrial es la encargada de analizar flujos de materiales y energía en productos y procesos, enfocada en reducir la carga ambiental a través del ciclo de vida del producto, el cual se realiza a través de un análisis de ciclo de vida.
El Análisis de Ciclo de Vida (ACV) analiza todas las etapas de un servicio o producto, comúnmente llamado desde “la cuna hasta la tumba”, es decir, desde que se extrae la materia prima, hasta que se desecha.
Para realizar un análisis de ciclo de vida es importante realizar un inventario de materiales y energía de los procesos de extracción de materia prima, manufactura, empaquetado, uso, disposición y el transporte entre todos los procesos. El inventario se cuantifica con relación a una unidad funcional, con la finalidad de poder reducir todo a la misma, y permite facilitar la comparación entre diferentes productos; como ejemplo se podría realizar el Análisis de Ciclo de Vida (ACV) de un kilogramo de carne de res o un kilogramo de carne de cerdo. Una vez teniendo el inventario completo, se procede a hacer el cálculo de impactos que el consumo de materiales y energía tiene sobre el medio ambiente del lugar donde se extrae la materia prima, se produce el producto, se utiliza el producto y se desecha.
Es importante recalcar que cada producto tendrá su propio resultado, es decir que producir un kilogramo de carne de res en México tendrá un impacto diferente al kilogramo de res producido en Alemania, esto pasa porque, a pesar de que es el mismo producto y tiene el mismo proceso o similar, influyen factores tales como; el uso de energía renovable para la producción, la cercanía de las granjas a los centros de producción o la proporción de agua en el alimento del animal.
El Análisis de Ciclo de Vida (ACV) nos indica los impactos por eutrofización, ecotoxicidad, acidificación entre otros, en la localidad donde se realiza cada proceso del Ciclo de Vida del producto.
Sí bien esta herramienta como tal no disminuye nuestra manera de impactar el ambiente como productor, nos provee de un análisis real para poder identificar procesos o áreas con ciertos impactos, con el objetivo de proponer mejoras y modificar ciertos aspectos de nuestro proceso.
Por Ana María Paz Mendoza
Consultora RSE
Ingeniera en Desarrollo Sustentable
*Sustainable Consumption and Production. Consultado 29-07-2018 en
Curran, Mary Ann. “Life Cycle Assessment: Principles and Practice”, Estados Unidos, 2006. Consultado 29-07-2018 en
https://nepis.epa.gov/Exe/ZyPDF.cgi/P1000L86.PDF?Dockey=P1000L86.PDF
United Nations Environment Programme. “Sustainable Consumption and Production A Handbook for Policymakers”, Emily Briggs (Editor) 2015.
United Nations Environment Programme. “¿Por qué adoptar un enfoque de ciclo de vida?”, 2004.